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Ambros Martín se consagra en Europa

El técnico lanzaroteño ha disputado cinco finales en siete años con dos equipos distintos

  • Marca.com
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  • El tercer título de la Champions League femenina conquistado el pasado domingo por Gyori ETO húngaro convierte a su entrenador, Ambros Martín, en uno de los técnico de mayor éxito en las competiciones europeas. Ambros, que se hizo cargo del campeón húngaro en 2012, ya suma cinco finales de la Champions: la jugada en 2011 con el desaparecido Itxako; las que ganó con el Gyori en 2013, 2014 y esta temporada, y la que perdió por penaltis hace un año. Aquel desenlace sobrevoló el pasado fin de semana sobre el Sportasrena Lazslo Papp de Budapest, cuando el Vardar macedonio alcanzó a forzar la prórroga en la final. "Por momentos pensé que podía volver a suceder. Fue muy duro perder así hace un año, y no es fácil olvidarlo", reconoce el técnico conejero desde su domicilio en Gyor. "Por eso esta Champions es muy especial, por ganarla con el mismo equipo y en parecida situación, salvo los siete metros, y después de dos años de abstinencia", dice.

    El Gyori ETO suma ya once temporadas entre los cuatro mejores de la Champions, con seis finales disputadas, pero no fue hasta la llegada del español cuando empezó a sumar títulos y se convirtió en el equipo más dominante en los últimos tiempos.

    Estabilidad

    La posición de Ambros se fue reforzando con el transcurso de las temporadas, en contraste con el carrusel de técnicos en rivales directos como el propio Vardar, que empezó la temporada al mando de David Davis, le sustituyó en enero la exjugadora rusa Irina Poltoratskaya y fue dirigido en la final por el director técnico del club, Eduard Korcharov. "El éxito lo da la estabilidad. La clave del éxito en una Final Four es el trabajo de varios años, manteniendo un bloque y una filosofía. En ese fin de semana el entrenador tiene poco que hacer, sólo no fastidiarla", defiende Ambros.

    Él tuvo que resolver imprevistos como la pérdida en otoño pasado de la mejor pivote del mundo Heidi Loke debido a su embarazo. Anteriormente le ocurrió con la portera Katrine Lunde y la central Anita Gorbicz, las tres, jugadoras en puestos clave. "A Heidi es difícil, por no decir imposible sustituirla, por lo que representa para el equipo y para las rivales, pero tuvimos tiempo de prepararnos y eso nos obligó a mejorar todos para intentar otra soluciones y estrategias".

    Otros de los éxitos atribuibles al entrenador español es la reconversión de Gorbicz, en su momento la mejor central del mundo, en extremo tras su maternidad, desplazada por la holandesa Nycke Groot, la MVP de la Final Four. La húngara, que este viernes cumple 34 años, fue la máxima goleadora de la Final Four. "Es un símbolo del deporte húngaro y se sacrificó por necesidades del equipo. Ella está acostumbrada al protagonismo y a acaparar el balón, por eso tiene un enorme valor lo que hizo, no sólo por su efectividad, sino también por la calma que aportó cuando el equipo estaba asfixiado", resalta Ambros.

    La temporada no ha terminado para el campeón de Europa ni para su técnico. Aún tiene por delante el playoff de la Liga húngara y, una vez, finalizada, el español proseguirá con su otro cometido, el de seleccionador de Rumanía. "Compaginarlo me ha ayudado más que perjudicado. El pasado Europeo fue la primera vez que pude adaptarme a analizar a los rivales y jugar de un día para otro. Eso me ha servido en la final Four", reconoce Ambros, convertido en un referente del balonmano europeo.

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